Tras mucho caminar buscamos un sitio tranquilo donde sentarnos y aquella cueva era perfecta. Resguardada del viento y el sol, y con algunas piedras donde sentarse.
Y a sentarte fuiste, corriendo para adelantarte y quedarte con la mejor, con la más cómoda. Y ganaste, claro, y te volviste hacia mi, sentada como una reina en su trono, riéndote por haberme ganado y mientras yo tenía que sentarme en una piedra más pequeña a tus pies, casi como un súbdito que buscase tu favor.
www.facebook.com/Contremofotografia
/
photonikka.blogspot.com
1 comment
Naturist said: