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Crónica V

Si te vas a marchar, toma mi mano
y empújame al abrazo de la muerte,
que este abismo de silencio no lo quiero,
que este cúmulo de ausencias me envenena
como un atroz licor que no perdona.

Si te vas a marchar, ángel vencido,
emigrante de mi cuerpo y de mis versos,
no me dejes el eco de tus risas
ni el rastro de tu piel entre mis dedos
ni la instantánea de tu sombra en los zaguanes.

Si te vas a marchar, llévate los recuerdos;
borra de mi cuaderno las palabras
que llenaron las tardes de otro otoño.

Si te vas a marchar, como un tiro en la sien del horizonte,
para el latir del tiempo y acalla las mareas
de la atlántica orilla que no olvida
todas aquellas noches de música y almíbar.

Si me vas a matar, entierra mi cadáver.
No lo dejes pudriéndose en las fauces
del tenebroso olvido y la resaca.

Si te vas a marchar, ciega mis ojos:
De nada han de servirme entre las sombras.

Sergio Borao Llop, Si te vas a marchar


Llegará, sin fecha fija, sin horario establecido, sin avisar, sin dar tiempo a prepararse. Llegará, como llega la fértil lluvia de primavera tras los áridos hielos del invierno, como llegan las noches cálidas de verano antes de la cosecha del otoño. Llegará, como llegan las aves a su nidos en marzo, como sube la marea cada madrugada; como se esconde el sol en un rojo crepúsculo y amanece la luna en un cielo negro. Llegará como la sangre tras el corte, como la cicatriz tras la herida. Llegará como las lágrimas tras el golpe, como el consuelo tras la pena, como la paz tras la batalla.

Llegará, sí, llegará el perdón. Y cuando consiga perdonarme a mí misma, llegará el olvido.





Buenas noches...

2 comments

Shafir Yalon said:

Para perdonarte a ti misma tienes que borrar toda posible sombra de resentimiento. Si no lo hay, la condición de inocencia, que te atribuye la gente que te quiere, sólo merece un dictamen: inocente. Aplícatelo. Por otro lado, ¿quién eres para juzgarte a ti misma? ¿No estarás incurriendo en un exceso de atribuciones? Regodearse en el propio dolor es aún más dañino que aquello que lo causó. Y evidencia vanidad.
Un beso, amiga Joselita. No tienes de qué absolverte.. No hay hechos ni omisiones punibles. El sentimiento de duelo nos suele jugar la mala pasada de buscar culpas donde no hay más que desconsuelo.
14 years ago ( translate )

Exiliada said:

No hay resentimiento.
Ni vanidad.
Ni siquiera hay regodeo, por muy dada que yo sea al drama desaforado.

Sólo existe un intento de exorcisar demonios.
Y sólo sé hacerlo así.

No me juzgo más duramente de lo que me juzgaría otra persona. Pero soy consciente que, para olvidar, primero debe haber perdón. Y para perdonar a otro, debo perdonarme a mí misma antes..
Son fases. Y todo, indefectiblemente, acaba por llegar.

Un beso muy grande, Shafir.
Y otro para mi Oncle :-)

Y muchas gracias a los dos, por estar.
14 years ago ( translate )