Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.
Tengo miedo. Y me siento tan cansado y pequeño
que reflejo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha .de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella).
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!
Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la tierra es una fruta negra que el cielo muerde.
Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.
Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.
Pablo Neruda, Tengo miedo
Alguna vez has mirado al miedo a los ojos y, cerrando lo tuyos, le has dejado adueñarse de tí, invadirte, inundar tus venas, hacerse con tu voluntad y tu conciencia? Y has visto una noche cualquiera al dolor deslizándose sin esconderse, despreocupado, entre tus sábanas, sobre tu pecho, como un parásito incurable, imparable infección que paraliza tu cuerpo, que nubla tu mente, que destroza tus sentidos, que controla tus sentimientos?
Has hablado, cara a cara, en alguna ocasión, con la derrota, compañera inseparable en madrugadas insomnes, sombra feroz en la luz del mediodía, pegajosa mano en la espalda, helada presencia cuando estás sola? Y en algún momento, has tocado la ardiente piel de la tristeza, has sentido el desesperado latido que la mueve, has saboreado la sal de sus lágrimas y, totalmente incapaz de odiarla, las has abrazado como si realmente fuera el perdido amante, a quien tan cruelmente se asemeja???
Buenas noches...
2 comments
Shafir Yalon said:
Hay escaleras de mano, llevaderas; en espiral (expiral, tal vez) y escaleras de Penrose. Éstas son iusiones ópicas. Conviene abrir bien los ojos para no venirnos abajo ante su aspecto engañador y disuasorio. Nadie dijo que la vida fuese de planta baja. Los fardos se suben hasta el penthouse y se disfruta de las vistas, Eso si uno no tiene la mala suerte de llamarse Sísifo.
Hablar con la derrota es la estrategia infalible para derrotarla o, al menos, convertirla en nuestra aliada.
Besos, amiga Joselita.
Exiliada said:
Mil besos.