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Soy de donde me da la gana

En ocasiones he encontrado declaraciones de personas que aseguran que uno se siente de un solo lugar. ¿Es imposible repartir ese sentimiento por geografías?. Para mi sí es posible, y es posible ser de dos bandos, y es posible comprender una ideología opuesta. Y cuando alguien lo pone en duda recuerdo a mi padre...

Mis padres y abuelos nacieron en Asturias, pero como muchas familias asturianas tuvieron que emigrar para sobrevivir. Mi familia vino a Madrid y en ese lugar les encontró la guerra. Ambas familias, pero sobre todo la de mi padre, eran rojos. Mi abuelo y mis cuatro tíos mayores estuvieron implicados hasta las cejas en la contienda y al finalizar la guerra tuvieron que marchar a Francia. En Madrid quedó mi abuela con sus cuatro hijos menores, uno de ellos, mi padre.

Antes de concluir la guerra, muchos niños madrileños fueron acogidos por familias, sobre todo catalanas, hasta que cesaran los bombardeos y la actividad en Madrid. Mi padre fue acogido por una familia de color “azul” de Teià en Barcelona. Familia que le protegió y le quiso como a un hijo durante toda su vida aún después del regreso de mi padre con su familia.

Mi abuela en España y con su marido en el exilio, era llamada a declarar varias veces al mes, era acosada y presionada en los interrogatorios. Para frenar esa pesadilla y “lavar” la imagen familiar, decidieron enviar a mi padre, con catorce años, a luchar con la División Azul. Le hirieron en una pierna y regresó con una lesión de por vida. A cambio, el régimen, cuando tuvo la edad, le concedió una plaza de funcionario, como chofer, en el Ministerio de Abastecimientos y Transportes. Se trasladó a Lleida porque mi padre con la venia del Estado y su Land Rover, la excusa de tener la familia en Madrid y sus innumerables pasos de la frontera con Andorra, sirvió de enlace de cientos de familias en el exilio.

En esa actividad clandestina, trajo cartas, medicamentos, dinero, palabras de amor a seres queridos y a todos aquellos que se lo solicitaban. Y muchos hombres y mujeres de Catalunya, rojos y azules, le ayudaron y callaron. Mi padre decía siempre que vivía por la bondad de las personas que le encubrían o que callaban. Mi madre también callaba y sufría, acordándose siempre de la Santina a la que, según ella, debían la vida.

Mi padre quiso que su descendencia fuera catalana, porque decía que les debía la vida tanto como a sus padres y quiso ser enterrado allí si moría. Y así sucedió. Durante la enfermedad que se lo llevó, todavía en época de Franco, siendo nosotras muy pequeñas, nos decía que en las guerras no había buenos ni malos, sólo personas que tenían miedo dentro. Puta guerra, repetía siempre, no hay lugares ni colores y uno es de donde le quieren.

Su entierro fue como una enorme manifestación, acudieron personas de toda la geografía española y algunos franceses. Libros de personas en el exilio y otros escritos posteriormente, le nombraron con agradecimiento.

Cuando murió mi madre, sin familia en Lleida, tuvimos que volver a Madrid, donde vivía mi abuela materna. Ella, repetía que “uno ye de donde pace y nun de donde nace”. Así que entonces yo fui de Madrid. En Madrid jamás me pidieron el pasaporte, ni me discriminaron por mi lugar de nacimiento aún declarando con orgullo que nací en Catalunya y obviando que mi familia proviene de Asturias y que mi acento es una mezcla de bable y catalán.

Siendo ya mayor, superé una oposición y quise volver a Catalunya, fallé en la prueba de catalán escrito -esta ausencia mía de letras...- mi profesión precisa el dominio del catalán. Así que, entre las posibilidades que me ofrecían opté por Murcia. Donde volví a pacer y donde me volvieron a querer. Y donde he pasado los años con mejor calidad de mi vida. Regresé a Madrid por cuestiones profesionales. Y sigo paciendo aquí.

Y mi corazón siempre se sentirá dividido, y siempre será de cualquier lugar donde le quieran, como decía mi padre y será de donde pazco, como decía mi abuela, y latirá porque así lo quiere la Santina, según decía mi madre y será de donde me de la gana, porque lo digo yo.

1 comment

puedoserella said:

:))) Exacto. Se aplica la norma a todos los vegetales. Otro beso para ti.

Vete engordádome que estamos en época de pisto. ;)
13 years ago ( translate )