Fue uno de esos días en que los planes parecen salir mal. Nos fuimos a la playa y en un momento el sol que tanto deseábamos se fue y toda la gente con él.

Hacía semanas que había planeado aquella escapadita a la playa con mucha ilusión y de repente me encontré conque el día se había estropeado.

Pese a todo bajamos a la playa y tú parecías enfadada. Ni rastro de esa risa que tanto me gustaba. Y no había nada que temiese más que no oírla.

Y entonces te acercaste al acantilado, a una pequeña cueva que el mar había excavado con paciencia a lo largo de una eternidad.

Y entonces te volviste hacia mi. Y tu camiseta empezó a subir...

Y entonces el sol dio igual.

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