Quizá fue una hecatombe de esperanzas,
un derrumbe de algún modo previsto,
ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido.
Todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir y, por cierto, me vieron.
Hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo,
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad,
pero vos encontraste la manera,
una manera tierna y a la vez implacable,
de desahuciar mi amor.
Con un solo pronóstico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible,
lo envolviste en nostalgias,
lo cargaste por cuadras y cuadras,
y despacito,
sin que el aire nocturno lo advirtiera,
ahi nomás lo dejaste,
a solas con su suerte,
que no es mucha.
Creo que tenés razón:
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos, ni del tiempo.
Hace mucho, muchísimo
que yo no me enfrentaba
como anoche, al espejo,
y fue implacable como vos;
mas no fue tierno:
ahora estoy solo,
francamente
solo.
Siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado
antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno
con los ojos bien secos,
por si acaso
miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.
Mario Benedetti, La culpa es de uno
Quizá todo fuera un sueño, una fantasía creada por mi mente, un engaño, un truco, una trampa. Quizá nunca existió ese lugar donde te encontraba cada día, ni esas noches dulces en las que desaparecía todo más allá de nosotros, ni ese latido único que compartíamos asombrados.
Quizá todo fuera un sueño, quizá nunca existieron tus manos en mi pelo, tus labios en mi piel, tu mirada abriéndose camino por mi cuerpo. Quizá todo fue una invención, una quimera, y sólo era real la duda, la huída, el miedo, el silencio.
Quizá cada vez que decías mi nombre, realmente decías "nunca". Tal vez, tal vez, cada vez que decías "te amo", me estabas diciendo adios
Buenas noches... quizás.
1 comment
Shafir Yalon said:
Si dudas, no mereciste nada.
Pero estoy seguro de que no es el caso.
"Deshauciar mi amor". Tremendo eso.