Siempre fue muy celosa de su cuerpo. Lo tenía como un objeto sagrado lejos de la vista de los paganos.
Nunca se planteó dejar que el sol pudiese deslizarse por aquellas pendientes interminables de su piel.
Y sin embargo.
Aquel día se puso a caminar por aquella zona descubierta cada día por la bajamar. Nunca lo había hecho, aunque lo había visto miles de veces.
Y entonces simplemente dejó caer la camisa. No lo pensó. Simplemente sucedió.
Como pasa con la magia no hay una explicación. Simplemente sucede
/
www.instagram.com/ap_contremo/
/
www.facebook.com/Contremofotografia
/
photonikka.blogspot.com
0 comments