Estoy tomando mi café, y esto es lo que veo desde mi ventana, y ocurre tantas veces, bien al amanecer o al atardecer, que me siento muy afortunada por vivir aquí. Además, tengo la iglesia a la derecha y el hospital a la izquierda, ¿Puede alguien sentirse mejor protegida? Yo soy agnóstica, pero la iglesia me parece un punto muy bonito y que allí acuda gente a rezar me resulta agradable.
Además, mi hijo vive en las casas de enfrente, esas que asoman por encima del tejado del parking.